ARTICLE 19 presenta el informe anual “Estado de censura”, que da cuenta del deterioro del ejercicio pleno de la libertad de expresión y la violencia contra la prensa durante 2014. “Estado de censura” es un diagnóstico del ejercicio a la libertad de expresión en nuestro país. El miedo, la impunidad y la violencia son elementos comunes para el ejercicio de la libertad de prensa en México.
El informe revela que cada 26.7 horas se agrede a un periodista en el país. Es decir, en la actual administración de Enrique Peña Nieto las agresiones contra la prensa casi se duplicaron, comparado con la de Felipe Calderón, en la que se agredía a un comunicador cada 48.1 horas.
A sólo dos años de haber iniciado el gobierno de Peña Nieto, 10 periodistas han sido asesinados en posible relación son su trabajo, y cuatro más han desaparecido. Sus crímenes permanecen impunes.
En “Estado de Censura”, ARTICLE 19 documentó 326 ataques contra periodistas y medios de información. Las agresiones físicas o materiales (a medios de comunicación) fueron las de mayor registro con el 43% del total de los casos; le siguen las intimidaciones con 16%, las detenciones arbitrarias con 14% y las amenazas con un 13%.
Del total de las agresiones registradas, 48% son responsabilidad de funcionarios, siendo así los principales atacantes de la prensa durante el 2014
El Distrito Federal es donde más se agredió a la prensa, con 85 casos registrados. Le siguen Quintana Roo con 42 agresiones y Veracruz con 41.
ARTICLE 19 registró 59 agresiones por medio de plataformas digitales, y en específico, se registraron 12 ataques cibernéticos a medios de línea editorial crítica con el gobierno.
Las fallas en el sistema de justicia se mantiene, en especial cuando se trata de órganos estatales como la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos en contra de la Libertad de Expresión (FEADLE), el Mecanismo de protección para personas defensoras de derechos humanos y periodistas de la Segob y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que no sólo han sido ineficientes sino que siguen el discurso oficial.
El Estado a través de sus acciones, ha llevado a la prensa y a los ciudadanos a autocensurarse y ha creado condiciones que vulneran el ejercicio de la libertad de expresión.
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